- Su único pesar fue el de no poder jugar al fútbol más a menudo junto a su hijo Eidur Smári Gudjohnsen, con quien coincidió en activo pero sin poder hacerlo más veces a causa de una lamentable lesión de tobillo que le apartó dos años del fútbol, momento en el que su padre se retiraría como deportista. Arnór es quien fabricó al que muchos ven como el mejor jugador islandés de todos los tiempos, aunque tampoco hay que olvidar que Gudjohnsen padre aportó mucho en su carrera.
Además de ser uno de los futbolistas más importantes de la selección islandesa de las últimas décadas, Arnór Guðjohnsen ha militado en buenos clubes europeos jugando en países como Bélgica, Francia y Suecia.
El 30 de abril de 1961 nació en la capital islandesa de Reykjavík. Además de Eidur, también tiene otro hijo que trató de seguir sus pasos y que también se llama Arnór. Entre los Gudjohnsen se respiraba fútbol, que duda cabe.
Jugaba como delantero y marcó un buen número de goles a lo largo de su carrera. Veloz, intuitivo, oportunista y con magia con el balón en los pies, este atacante vivió sus mejores años en la liga belga jugando para el Anderlecht. Su fútbol fue heredado, y con él comenzó una larga tradición familiar que honraría la bandera islandesa.
A mediados de los setenta empezaría a jugar al fútbol como miembro del Vikingur, con el que recibió formación deportiva hasta dar el salto profesional en 1978. Durante sus primeros pasos como profesional jugó un total de doce partidos en los que anotó sus primeros siete tantos en la liga islandesa.
Tan buenos fueron sus comienzos que ya contaba con ofertas del fútbol extranjero. Solamente tenía diecisiete años cuando abandonó su Islandia natal para aterrizar en Bélgica para fichar por el SK Lokeren, equipo en el que jugaría por cinco temporadas.
A medida que se hacía famoso por ser uno de los mejores jugadores de la selección islandesa, el padre de los Gudjohnsen fue destacando en las competiciones belgas con el Lokeren , para el que hizo 26 goles en 138 partidos de liga.
Su siguiente equipo fue el Anderlecht, club en el que siempre figurará como uno de aquellos futbolistas que marcaron época en su historia. Allí permaneció siete años, figurando como el máximo realizador de la temporada 1986\87 y liderando la delantera violeta hasta que abandonó la entidad en 1990, dejando un total de cuarenta goles.
En Francia se percataron de la calidad del talentoso atacante islandés, quien ya veía en su hijo Eidur a su futuro sucesor del equipo nacional. Arnór fichó por el Girondins de Burdeos, para el que jugaría durante dos campañas para hacer ocho goles en sus más de cincuenta apariciones. En 1992 abandonaría la entidad gala.
Al año siguiente firmó por el BK Häcken de la liga sueca. En este equipo no llegó a acabar la temporada, dejando constancia de su talento pero muy pocos goles, ya que Gudjohnsen solo marcó cuatro goles en la categoría máxima de Suecia.
Después de cuatro años recuperando su mejor versión en el Örebro SK, el atacante retornó a Islandia para fichar por el Valur, donde estuvo dos temporadas antes de incorporarse al Stjarnan. Con este equipo marcó los cinco últimos goles de su vida deportiva en dieciocho apariciones. Arnór Gudjohnsen se retiró del fútbol en 2001.
Padre e hijo por una bandera. Arnór y Eidur defendieron a la selección de Islandia en un partido contra Estonia. |
- Uno de esos casos que muy pocas veces se dan en el fútbol es el de ver a padre e hijo sobre el mismo terreno de juego, aunque sea calentando. Los Arnór y Eidur Gudjohnsen pudieron compartir vestuario juntos, aunque no cancha, ya que el hijo sustituyó al padre en un partido ante Estonia disputado el 24 de abril de 1996, en un partido frente a Estonia. Eidur tenía por entonces 17 años. Eso sí, al ser sustitución, debido a una lesión de tobillo del joven, ambos no volverían a coincidir sobre el terreno de juego, por lo que nunca compartieron campo durante un partido.
Aún así es algo digno de ver... Primogénito entra al campo en lugar del progenitor. El padre de los Gudjohnsen nunca vivió competiciones de alto nivel con Islandia, aunque sí figura como uno de los jugadores históricos de la selección al haber marcado 14 goles en 73 partidos.
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